Conocidos como apaches, sioux, los cheroquis o los cheyenes, existieron otras muchas etnias como los pies negros, los arapajó o los navajos. Los diversos pueblos formaban conjuntos humanos de demografía modesta, lo que les permitía tener siempre a su disposición grandes extensiones de terreno y jamás conocieron el hacinamiento ni los problemas urbanos. Con la llegada de los colonizadores europeos a partir del siglo XV, millones de estas personas han sufrido masacres, persecuciones y exclusión social. El racismo estructural de Estados Unidos los ha llevado a vivir marginados en reservas naturales, en un continente en el que son los auténticos habitantes originales.